abuelas en medias

El viento marino refrescaba el aire y me llevaba al infinito mientras miraba a la abuela provocativa que avanzaba decidida hacia mi. Su figura grande estaba demasiada sensual para ser real, con la elegancia e interés en su mirada. Las medias negras en sus piernas flacas acentuaban sus curvas y destacaban cada forma de su apariencia. La profundidad de sus ojos me atrapó, sin mencionar sus labios caídos de placer, No pude resistirme y le acerqué para abrazarla, suave y tierna, en una silenciosa noche de verano. Me deleité en su sabor, interponiendo mis manos en su cintura, besándola apasionadamente, y frotándola suavemente con mis manos. Ella solo podía gemir de satisfacción mientras cada uno de sus muscles se sentían el placer de nuestro abrazo y las medias negras le acompañaban en su deseo. No la solté aunque nuestro encuentro había terminado y por un momento ese viento fue como si yo fuera la abuela que me abrazaba.