anciana divirtiéndose con un hombre peludo sexy

La anciana se encontraba sola en la cocina cuando una vibra sensual se apodero de la estancia. Miró hacia la puerta y allí, a copia del umbral, se encontraba un hombre peludo sexy. Su cabello se extendia por sus hombros, acentuando la dulzura de su rostro. Los dos se miraron a los ojos, con una intensidad que trajo consigo el rubor a sus mejillas, y la anciana sintió que una punzada de placer recorría todo su cuerpo. El hombre se acercó a ella y sintió como el calor de su piel recorría suavemente la suya. Su voz la enloqueció, y sin que ninguno de los dos hablara, se encontraron abrazados fuertemente. La anciana comenzó a acariciar su cabello y descubrió la suavidad de su piel. La magia de aquel momento se multiplicó deleitando sus sentidos. Él respondió con besos en su cuello mientras la abrazaba con fuerza y los deseos se tornaban cada vez más ardientes.