anciano le da una mamada a una mujer rubia tendida en el suelo

El viejo se aproximó a la joven mujer tendida en el suelo. Ella tenía un cabello rubio desordenado y los ojos cerrados. Su piel estaba cubierta por un suave vello recorriendo su cuerpo en una perfecta simetría. El anciano sintió el aroma de la mujer antes incluso de tocarla. Él descansó sus labios sobre el área de su cuello. La joven gimió. El viejo descendió lentamente entre sus piernas abiertas, acariciando su clítoris con los dedos y metiendo su lengua en su profunda e húmeda vulva. El anciano la chupó y mamó con vigor mientras ella gemía y se retorcía de placer. La joven se puso tensa y soltó un grito mientras eyaculaba. El anciano sonrió y dejó su cuerpo relajarse.