la madre y su hijo consiguen tener sexo en el sofá

La madre de Carlos y su hijo siempre se habían llevado de maravilla. Carlos siempre había sido el niño obediente, y la madre siempre había estado allí para ofrecerle su amor incondicional. Una vida de familia disfrutable para ambos. Una tarde, la madre de Carlos se encontraba en la sala de estar cuando Carlos la sorprendió. Se pasó detrás de ella y comenzó a acariciarla suavemente. Un fuego se empezó a avivar entre los dos y pronto se extendió hasta el sofá. Ambos cayeron atrapados entre sus brazos, con los labios entrelazados, dejando a ambos en un estado de pasión inigualable. Carlos comenzó a tocar suavemente, dejando largas huellas húmedas a lo largo de la espalda de su madre. A medida que él la penetraba, los dos se unieron cada vez más y más, devorándose mutuamente. Con los cuerpos pesados y sudorosos, se separaron sintiendo una satisfacción en la mirada de los ojos. Ni siquiera necesitaron hablar; la conexión entre ellos había sido suficiente. Carlos y su madre comprendieron que la historia de su amor era mucho más profunda que el mismo de la vida de familia.