la mujer le está dando un masaje a su gran polla negra

La mujer dejó que sus dedos recorrieran la gran polla negra de su amante, uniendo los movimientos al compás de la suave música que llenaba la habitación. Se deleitó al sentir la suavidad de aquella carne y los jadeos de placer del hombre cuando los movimientos de sus dedos masajeaban firmemente su miembro. Con expresión de deleite, suspirando con cada caricia, masajó suavemente cada curva y recoveco de la polla, disminuyendo la presión cuando por fin sus dedos tocaron suavemente la punta dura. El cuerpo del hombre tembló y él levantó los brazos al cielo gimiendo de placer mientras su polla ennegrecida se tensaba aún más sintiendo un inigualable calor latiendo dentro de él. La mujer terminó el masaje sensual con un beso y un suave acarició, dejando que ambos cayeran en un profundo sueño, abrazados.