señora madura peluda cabalgando la cara y las tetas del macho

La Señora Madura Peluda cabalgaba encima del cuerpo del macho con la misma pasión que si hubiera estado montando un caballo salvaje. Sus enormes senos, cubiertos de su abundante vello y sus grandes pezones, rozaban el rostro del macho provocando pequeños gemidos de placer. La señora saboreaba el semen que salía de su verga cada vez que se movía de arriba hacia abajo. A los lados de la cama, había unos espejos que reflejaban la imagen de la señora madura peluda cabalgar a su macho. La señora intensificaba su cabalgada con cada movimiento. El macho apretaba sus tetas con fuerza, mientras agarraba su cintura para sentir mejor su cabalgada. La señora rodeaba su verga con su vagina y cada vez se movía más y más rápido. El macho saltaba a sus brazos y gemía con más fuerza. Cuando ella se detenía, la señora madura peluda hacía una pequeña mueca como si quisiera retrasar el momento de su llegada. Con cada uno de sus movimientos la señora conseguía llevar al macho al ansiado orgasmo.