una abuela blanca mayor cabalgando una enorme polla

Una vehemente abuela blanca mayor, de sus años bien merecidos, decidió día a día retar su memoria aventurera. A tal fin, decidió emplear una hermosa polla, grande y con cabezada, para poder cabalgar, con lo cual invocarían sus recuerdos de la juventud. Grandes suspiros y la sonrisa en su rostro anticiparon el gran acto de liberación de su alma. Y con una ligera fría que le recorrió el cuerpo se subió a la bestia. El estimulante sentimiento era una copiosa mezcla de adrenalina y emoción pura. La cabalgata de la abuela blanca mayor, a lomos de la polla, fue una demostración inaudita de galantería y la gracia de una mujer adulta. El incontenible deseo de estar a su lado, navegar sus sensaciones fue una de las sensaciones más intensas para aquellos que tuvieron el privilegio de presenciarla.