una abuela gorda mayor es follada por dos pollas negras

Una anciana abuela gorda se sentó en su sillón de tapiz. Su cuerpo grueso tenía algo de voluptuoso y se sacaba algunas miradas de los dos hombres que habían llegado a su puerta. Ambos eran afroamericanos con dos pollas negras enormes, esperando invitarla a jugar. Ella los miró y sabía exactamente lo que ellos deseaban. No quería molestarlos, pero sus cuerpos universales hablaban por sí mismos. Extendió la mano para invitarlos a entrar a su casa y no pudo reprimir una sonrisa. Los dos se le acercaron, lo suficiente para que ella pudiera percibir el aroma de sus sebosos cuerpos desnudos. Se deslizaron hacia sus brazos abuela como una marea sobre ella mientras sus pollas negras se frotaban contra su cuerpo grueso. Se entregó a los dos con fogosidad, lo cual los hizo sentirse un poco como dioses mientras la abuela gorda suspiraba de placer. Su profunda respiración alentaba a los dos machos a penetrarla con intensidad. Las pollas negras se movían dentro y fuera de ella haciendo que el placer creciese con cada golpe. La acompañaban en su orgasmo hasta que ella gritó por el placer absoluto de ser follada por dos pollas negras.