una señora mayor chupando y follando su coño peludo

La anciana fue apresurada hacia la alcoba. Cerrando la puerta se desprendió de su ropa mientras su coño peludo se contemplaba bajo la luz de la luna. Tenía un deseo ardiente entre sus piernas que necesitaba ser saciado. Así que para comenzar se tumbó sobre la cama y apretando su coño abrió la boca. Chupó suavemente la parte externa mientras sus dedos se sumergían en su interior haciendo círculos y moviéndose rítmicamente. No pasaron más de cinco minutos antes de que su concha empezara a mojarse y se deslizara en los brazos del éxtasis. El placer empezó a hacer que sus caderas se balancearan suavemente en el aire, potenciado por un maravilloso orgasmo. Se sentía liberada. Sin pensarlo se volvió de lado y decidió follarse su propio coño peludo con sus manos y llegar a un clímax aún más intenso. Y así fue. El orgasmo no tardó en aparecer, dejándola agotada, pero muy satisfecha.